Purmamarca
América del Sur

Viaje por Jujuy

El monte llamado morado es morado

Como viene siendo habitual desde que pisé Argentina, me veo en la obligación de comentar las bondades de la nueva región que he visitado y que abandono con gran pena. En mi viaje por Jujuy lo especial fue lo impactante de lo cromático, el resultado de haber visitado lugares en los que el color, los colores, cobraban especial protagonismo. Anduve unos 5 días por la provincia de Jujuy antes de volver a la de Salta, y no son nada para los que hubiese deseado estar. El entrar en región donde los habitantes son originarios o descendientes te da una visión, de nuevo, muy diferente a la que solemos traer de casa. Ya lo conté cuando hice un pequeño repaso sobre la ciudad de Salta, la capital, donde quizá haya más diversidad. Aquí prácticamente toda la población es originaria. De hecho la última noche me hablaron sobre comunidades originarias anteriores a los Incas. En este punto debería pedir disculpas ya que no recuerdo los nombres, ni de esas comunidades ni de sus lenguas propias. El hecho es que esta región está plagada de esas comunidades, a las que no es difícil acceder, pero hay que invertir más tiempo del que he utilizado yo y ayuda tener vehículo propio, o venir a ello directamente.

El monte colorado

Lugares que visité en Jujuy son unos cuantos; Purmamarca y el cerro de los 7 colores, las salinas grandes, Humahuaca y el hornocal, la quebrada de las señoritas o Tilcara.

Este último lugar tiene preponderancia en la redacción. Tilcara es un pueblo que tenía marcado, aunque no era lo que más me apetecía conocer. Lo visité en primer lugar por la facilidad de movimientos en transporte público. Iba a pasar un día, en principio, pero al final pasé 3. 

Vamos por pasos porque querría plasmar mis sentimientos como requiere la gran experiencia que viví. En puerto Iguazú compartí habitación con un chico francés que llevaba 9 meses viajando por varios países de latinoamérica. Me recomendó la casa de fede , un hostel en Tilcara. Desde un principio tenía claro que iba a pernoctar ahí. Así pues, cuando en la terminal de bus de Salta me comentaron que era más sencillo viajar a Tilcara que a Purmamarca, no me lo pensé: Tengo bus, tengo hostel. Adelante con ello.

Desde un comienzo me sentí genial en ese lugar. Un hostel con muy buena onda, con gente maravillosa en su staff, personitas geniales que facilitaron mi estancia. El hecho es que se fraguó un espíritu de hermanamiento entre todas las personas, haciendo que mi paso por allá fuera fantástico, lo suficiente como para irme entristecido, feliz por lo vivido, apenado por la despedida. Lo recomiendo encarecidamente a posibles viajeros. 

No solo eso, el buen ambiente, hizo que mi estancia fuera feliz. Creé vínculos muy especiales con muchas personas y extremadamente especiales con almas viajeras de buen corazón. Ellas y ellos se darán por aludidos si leen ésto. Os quiero, habéis hecho de mi viaje algo muy especial. 

Los lugares que he nombrado, obviamente, también han dejado una especial marca en mi ser, como cuando marcan a una res, como si un hierro forjado con la palabra Jujuy al rojo vivo lo hubiesen puesto en mi pecho. De los que he nombrado el pueblito que más llama la atención en mi humilde opinión quizá sea Purmamarca. Un lugar anclado en un mar de colores, sus olas son las montañas que brillan cuando el sol aparece y que forman una niebla roja mate e intensa cuando éste desaparece. Una sensación casi única. Indescriptible, hay que vivirlo. Las caras de los que me rodeaban en el mirador el porito se tornaron del color de la tierra que pisas cuando haces el pequeño paseo por detrás del pueblo.

Lo bueno lo vives, lo disfrutas y lo recordaré siempre, hasta el punto de sentir que, contradictoriamente, puede convertirse en algo  peligroso por eso de sufrir ataques de melancolía. 

De nuevo Argentina no defrauda. Puedo decir perfectamente que aunque es infinitamente menos conocido que los puntos turísticos de masas que tiene el país, Jujuy ofrece mucho y puede competir con los grandes recordados de las agencias de viajes. Quizá la falta de infraestructuras turísticas lo hacen algo incómodo en cuanto a vivir las experiencias con algo más de relajo, pero así es ésto, así te lo encuentras y de nuevo vuelvo a recordar las palabras de muy buen amigo Chino: No hagas comparaciones, vívelo y ya.

Gracias chicos y chicas, gracias Jujuy, gracias Pachamama. Gracias otra vez a Argentina.

Deja un comentario