Aeropuerto de Barcelona
reflexiones

Consejos y trucos para tus viajes

Pon en práctica algunos trucos (conocidos por todos) a la hora de volar.

Discutía, de buen rollo, con mi hermano sobre eso de pegarte 13 horas de vuelo. Él dice que ni de coña se pega tantas horas volando (en turista, en bussines comenta que sí) sea cual sea el destino. Le respondía yo que si hay ganas, todo es llevadero. Si tienes ilusión por moverte seguro que eres capaz de verlo con menos negatividad de lo que a priori parece: Asientos pequeños, poco espacio, dormir mal, incomodidad, etc.
No fui capaz de convencerlo, pero voy a intentarlo con vosotros con estos consejos y trucos para tus viajes.

A mi me ilusiona tanto volar, me hace tan feliz moverme a otros lugares que hago de tripas corazón y tiro para adelante.
He dormido en aeropuertos, claro que sí. He pasado muchas, muchas horas de escalas en aeropuertos buenos y malos. Me he comido vuelos transcontinentales sin rechistar, y ¿todo por qué? Hostia, porque soy masoca.
No, es broma. Aquí os dejo mis truquillos para tener un mejor vuelo.

Aunque no soy yo un súper experto en ésto de ir volando de un lado para otro, unos cuantos kilómetros sí he hecho y en algunas ocasiones me ha venido maravillosamente bien seguir unas normas que han hecho que mi trayecto sea más cómodo. Iba a decir placentero, pero dudo que haya vuelos de esos salvo que tengas tu propio Jet. Así que voy a relatar las cosas que me suelen ir bien a mi, en el avión y en los aeropuertos. No hay tips, trucos de esos de «haz ésto y serás el primero y blabla» que te venden los youtubers que necesitan colocar un titular llamativo. Si compras un pasaje en Bussines, primera o lujo volarás mejor, si vuelas en turista o turista premium, donde ganas algo de espacio, lo que te vas a encontrar es un transporte incómodo.

En los aeropuertos: Llega con tiempo. Reconozco que soy algo obsesivo con eso, no solo en los aeropuertos, en mi día a día también y la razón es porque no me gustan las sorpresas de última hora. Me gusta que todo vaya bien y que si surge algo lo pueda solucionar sin mucha prisa, que no me ocasione agobio ni ansiedad. Así que por norma suelo llegar pronto a los aeropuertos. Normalmente compro los vuelos con salida lejos de mi ciudad, así que reservo transportes que me lleven desde mi lugar de origen al aeropuerto de salida con muchas horas de antelación.

Está claro que no me fio, debería, pero no. Como soy un viajero de esos de bajo presupuesto, no me da la gana  pagar una pasta por dormir en Madrid o Barcelona para luego tomar el vuelo al día siguiente. Prefiero salir temprano, llegar pronto y estar tranquilo. Además, con suerte duermo en el avión debido al cansancio. En vuelos largos viene bien, te duermes antes, te duermes de hecho, porque a mi me cuesta dormir en un avión.

Relájate, busca un lugar tranquilo, siéntate y disfruta del propio aeropuerto. Vale, igual piensas que soy un flipado al decir ésto ya que los aeropuertos es un ir y venir de gente, algo caótico, con sonidos y ruiditos que vienen de los altavoces cada dos por tres y muy pocos lugares donde poder descansar, pero es que lo bueno de de haber viajado es ir aprendiendo que de lo incómodo uno puede crear su propio mundillo de hábitos y costumbres que ayuden a que no sea tan agobiante. A mi los aeropuertos me gustan, lo paso bien aunque tenga que hacer muchas escalas en zonas donde no hay nada que hacer. Pienso, incluso cuando estoy de vuelta, que es un peaje que pagar para disfrutar del propio viaje, así que es un goce personal.
Por norma suelo llevar entretenimiento conmigo: películas, series, música, libros o un ordenador donde editar alguna que otra foto. De hecho, ésto del blog empezó por eso mismo, por llevar mejor las esperas; escribir qué estoy viviendo, mis mierdas o mis momentos de alegría.
Mis vuelos suelen ser con escalas, paradas muy largas para que el vuelo salga más barato, por lo tanto ya puedes imaginar que he aprendido a no ponerme nervioso y a disfrutar de todo lo que rodea los vuelos incluso con todo lo negativo que pueda surgir (aunque no es para tanto, redios).

Busco un sitio apartado de los pasillos donde más gente pasa, un enchufe, wi-fi gratuito y a disfrutar. Hoy en día la gran mayoría de aeropuertos (normalmente una vez que has pasado los controles, en la zona de embarque) suelen tener a nuestra disposición zonas con mesitas para trabajar, con enchufes para nuestros dispositivos y una free wi-fi zone. No digo que en todos y no siempre la conexión es buena, pero a veces pasa algo parecido a un milagro y sí, nos hacemos fuertes en el lugar y no soltamos la silla ni con agua hirviendo.

Controles: Lo mejor, más sencillo y rápido es que tengas todo a mano y organizado para que pasar por los controles sea sencillo. Yo meto toda la chatarra en los bolsillos de la cazadora que suelo llevar y si no la llevo, lo meto en una bolsita de esas de congelador, así cuando paso el control solo tengo que pillar la mochila, la bolsa de plástico y poco más. Lo mismo hago con los documentos, llevo una mariconera de cuello con todo en orden, lo saco, lo enseño y lo vuelvo a meter. Nada de tener que ir buscando, porque es un lío de la hostia tener que estar buscando entre bolsillos.

Lo bueno es adelantarse a los acontecimientos. Normalmente estoy atento a lo que está pasando en los controles; hay aeropuertos que sí o sí obligan a quitarte el calzado, así que viendo que va a ser un marrón quitármelos a última hora, dejo todo preparado para llegar, dejar las cosas en la cinta y quitarme los zapatos para ponerlo en la cajita de plástico y que vaya todo junto sin montar mucho pitote.

Otra cosa que me parece de absoluta obligación es tener presente y estar totalmente informado sobre los procesos de entrada a cada país. Yo a veces me he sentido un poco agobiado porque una vez en tierra no he tenido claro lo que había que hacer. Preguntas, pero suele pasar que el que te responde sabe menos que tú. Preguntas a los trabajadores del propio aeropuerto y no hablan tu idioma ni uno común para entenderse. Así que no está de más tener una libretita al lado del pasaporte con los pasos a seguir que previamente has consultado en la web de las embajadas o en foros de viajeros consultando las experiencias de otras personas. No lo dejes todo al libre albedrío si no quieres llevarte un susto.

Un buen truco, fundamental si haces escala en un país del medio oriente, es agenciarte una manta de vuelo, una de esas tan feas que suelen prestarte las aerolíneas en vuelos largos para que te tapes mientras duermes. Métela en la mochila (no sé si la tripulación puede pedirte que la dejes, yo siempre la he guardado sin que se enteren) y bájala contigo a la zona de espera del aeropuerto en cuestión. Normalmente en esos aeropuertos hace un frío de mil demonios. Jeddah, Ryad o en el internacional de Doha han sido en los que he pasado auténtico frío. Mientras afuera hace un calor cojonudo, en el interior se te congela el alma, así que esa manta te va a venir de perlas.

Hay personas, lo he visto yo, que se agencian dos, una para el suelo y otra para taparse, porque muchos de los viajeros que he visto en diferentes aeropuertos, se tumban encima de esas mantas y a sobar como angelitos. A mi no me mola, sinceramente. Si tuviera que pasar la noche no te digo que no, pero tirarme por el suelo, y eso que soy capaz de dormir encima de mis propios vómitos, no es lo mio. En todo caso, para taparse uno, sentado o de pie, como recomendación no lo dudes, pilla una o te arrepentirás.

Guarda algo de comida de la que te dan en el avión. Un panecito duro de los que van con la comida, una porción de mantequilla, una botella de agua. Lo que sea para matar el gusanillo si haces escala en algún aeropuerto por la noche y las tiendas o restaurantes están cerrados. Créeme, a veces pasa. No cuesta nada reservar alguna cosilla, si es que no llevas comida en la mochila desde origen, de las que ofrecen a bordo.

No os pongáis los primeros de la fila. Vale, si vuelas en compañías low cost es normal que quieras entrar de los primeros para poder dejar la maleta, la mochila o lo que sea en un compartimento, entendible, así como si estáis muy cansados y lo único que queréis es sentaros en vuestro asiento y que pase todo lo antes posible. Si ninguna de esas dos va a pasar, en serio,sentaos tranquilos a esperar que pase el resto de pasajeros. Con suerte igual hasta podéis conseguir, quién sabe (a mi una vez me pasó) que exista overbooking en vuestra categoría y al ser de los últimos os pasen a una mejor. No es lo habitual ni de coña, pero…, y si no, pues no os habéis pegado una buena minutada de pie. A veces hay que esperar la de dios para embarcar.

En fin, estoy seguro de que tengo por ahí algún truquillo más, como por ejemplo ponerme ropa muy cómoda antes de facturar, un chandal holgado, por ejemplo. Me cambio en el baño y hago el viaje con casi un pijama 🙂 . Por cierto ¿tenéis material de ese que antes entregaban en clase turista en vuelos intercontinentales? Ya sabéis, tapones, antifaz, calcetines con protector en las plantas, etc. Ahora ya no suelen entregar, así que llevadlo en vuestro neceser.

Deja un comentario