Córdoba y sus sierras maravillosas
Córdoba y sus sierras maravillosas
Esto me suena
Un año más, y ésto empieza a ser tradición, he pernoctado en Córdoba. He hecho de la capital de la provincia base principal para desde ahí viajar a diferentes pueblitos de la región. Al encontrarse en un cruce de caminos y ser unión de diferentes partes geográficas del país, Córdoba es un punto estratégico para el viajero que desea recorrer todo el país. Desde aquí salen muchos aventureros hacia el oeste para conocer Mendoza y/o Chile, además de ser recibidor de viajeros que vienen en transporte público de países como Bolivia.
Córdoba y sus sierras maravillosas
Vida de hostel
Y también como el año pasado mi estancia la he pasado en hostels. Mi presupuesto prima, eso parece obvio, pero también porque me siento bastante cómodo durmiendo entre desarropados. Yo mismo me reconozco así, no es un término despectivo, no se hagan dramas.
El hecho es que como dije en otros artículos esto no va de moverse físicamente de un lugar a otro, trata de que el viaje sea enriquecedor y diverso: Desde lo emocional hasta lo espiritual (aprender si me estoy perdiendo algo en ese sentido) pasando por la maravillosa obligación de conocer a otras personas y escucharlas, reflexionar junto a ellas. Los hostels para esto son la mejor herramienta.
La vida de hostel es muy atractiva, diría que es uno de los motores que hacen que mi pasión por viajar funcione. Se me haría muy raro viajar durante varios meses de hotel en hotel en donde no compartes nada con nadie, no me parece que tenga mucho encanto. De hecho los hoteles solo los entiendo si hay cansancio y necesidad de algo de intimidad o porque viajo con más personas de mi entorno.
Encontrarse con personas de diferentes países, lenguas y culturas, no sé al lector, pero a mi me proporciona un placer elevado, absoluto. Creo que ha quedado claro para el que me suele leer que no me gusta el burbujismo, mirarse demasiado el ombligo y no salir de esa jaula que nos vamos construyendo cuidándonos de no salir de nuestro entorno.
Así que hay momentos en los que te sitúas en el habitual punto común de los hostels, que suele ser la cocina, entre varias personas de diferentes países cruzando los idiomas. Es denominador común en los hostels del mundo la lengua inglesa, pero aquí en Argentina lo más usado es el castellano. Además de parecer algo obvio, los que no dominan esta lengua lo que desean es practica. Aquí en Córdoba he entablado conversaciones de cocina con alemanes de origen húngaro que hablan español mientras un inglés nos escucha con cierto recelo preguntándose si está entendiendo lo que nos decimos.
Israelíes, brasileños, holandeses y muchos, muchos franceses. Curiosamente estos últimos con un nivel de castellano fantástico.
La comuna vecinal que se origina es básica ya que en los hostels el principio activo siempre es y va a ser la solidaridad, ayudarse y compartir. Comida, ropa, conocimientos o sentimientos, todo se pone a disposición del otro. No es de extrañar porque entre viajeros lo normal es compartir incluso las inquietudes, las ideologías o la defensa de algún bello fin.
En resumen, la cantidad de gente interesante e incluso extraña que te encuentras en estos lugares es digno de serie de Tv. Espero que si pasa no se centren en la cutrez y de ser cómica contenga buen humor.
» La comuna vecinal que se origina es básica ya que en los hostels el principio activo siempre es y va a ser la solidaridad, ayudarse y compartir. Comida, ropa, conocimientos o sentimientos, todo se pone a disposición del otro. No es de extrañar porque entre viajeros lo normal es compartir incluso las inquietudes, las ideologías o la defensa de algún bello fin. «
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Buscando intencionadamente
Insisto bastante en que esto no lo contemplo como unicamente un viaje físico, la intención es crecer, aprender y abrirme, debería ser un camino hacia el conocimiento, un paso hacía la liberación de las cadenas que suponen los complejos y los prejuicios. Me resulta fundamental eliminar ideas preconcebidas y razones inamovibles que no hacen más que limitar.
Escuchar otras músicas, y más que escuchar, atender a lo que está sonando, hacer un ejercicio de superación y no cerrarme como antaño solía hacer. Por eso mismo estoy disfrutando de otras músicas o de sonidos que estaban enterrados bajo una enorme capa de eso, prejuicios.
Bailar, por muy mal que se me de, por muy poco que me guste, intentarlo. De hecho jamás en mi vida me hubiese imaginado a mi mismo bailando cuartetos en una plaza céntrica de la capital ante miles de personas que iban de un lado para otro mirándonos con curiosidad. Esto, amigos, pasó tras realizar algo que tampoco iba a ser común en mi vida por, otra vez, los prejuicios y la cabezonería aragonesa: Un free tour. Parece que el giro en planteamientos vitales sigue su curso.
En ese free tour que realicé por el centro de Córdoba pude visitar algunos íconos turísticos, lugares fundamentales que visitar sea o no larga tu estancia. De todos ellos el que más me impactó fue el museo de la memoria, un antiguo centro de internamiento, castigo e interrogatorios en la dictadura argentina.
Me resulta básico recordar estos lugares de represión para intentar entender algo tan básico como que no se puede actuar así contra tu propia población, al menos si luego defiendes la unidad de todo un pueblo bajo la misma bandera, es inaceptable.
Toda actuación similar contra cualquier persona es inaceptable, pero cuando la agresión es contra los que luego defiendes como tuyos, cuando en otros momentos los tomas como tuyos para justificar un hipotético grupo común, es todavía más denunciable.
Córdoba y sus sierras maravillosas
Ciudad capital
No tiene mucho misterio, es una ciudad grande como la gran mayoría de ciudades grandes de todo el mundo. No he comprobado yo en el poco tiempo que he pasado en ella que haya estímulos muy diferentes de los que te puedes encontrar en otras ciudades de su tamaño.
Hay una cosa que si distingo en comparación a Buenos aires y es la limpieza. Me parece algo más recogidita y cuidada que la gran capital, al menos en el centro. Por cierto, cuando hablo de estas ciudades suelo hablar de su zona céntrica, el tiempo no me suele dar como para conocer de primera mano todos los entresijos de la periferia.
Por supuesto tiene su barrio bohemio que no es tal. Lo anuncian así, pero no deja de ser un barrio Trendy como el típico barrio de tendencias que hay en todas y cada una de las ciudades importantes en el mundo. Dejo claro que me gustó, muy buen gusto en sus locales, en sus tiendas e incluso en sus decoraciones callejeras. Es una zona muy recomendable, pretenciosa y cara, sí, pero da un poco igual, no hace daño darse un paseo de vez en cuando y sentirte un tipo moderno sentado en sus locales copiados casi al milímetro de otros bares en diferentes ciudades. De hecho hay una zona llamada Khaosan road en donde encontrar, cómo no, thai food.
En definitiva, sin ser yo muy amante de este tipo de barrios, sería una muy buena elección si estando en Córdoba te pasaras por ahí.
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¡Alguién tiene que decirlo!
Hago un especial parón en la redacción de mis quehaceres viajeros para intentar reflexionar sobre un tema que nadie en sus blogs de viaje toca. Mucho espíritu periodístico, mucho recomendar seguros, alguna chorrada sobre cuál es el mejor lugar para tomar cerveza artesanal, pero nadie sumerge ni un centímetro de su ego en el barro de las relaciones sentimentales en los viajes.
Alguien debe hacer el trabajo sucio y ese voy a ser yo, agárrate que voy.
Todos, en mayor o menor medida, hemos tenido nuestras aventuras en algún que otro viaje. Si ya en el artículo pasado hablaba de lo que suponía para mi despedirme de amigos, cuando uno se pilla por alguien la cosa entonces toma tintes algo más dramáticos.
Imagino que influye el nivel de protección coronaría que tiene cada uno, como en toda tierra de bellotas, pero yo tengo la sensación que durante el viaje la cosa toma una mayor dimensión emocional.
En lo personal, y voy a abrirme un poco en este tema, estoy totalmente seguro de que soy yo el que comete el error de encariñarme de alguien para luego tener que despedirme deseando tener algo más que un simple momento. Yo soy el que está en constante movimiento, el que pone su granito de arena dándose a conocer en tierra ajena, el que debería llevarse la culpa de existir esa carga, no hay duda alguna, pero qué difícil es explicar que añoras un poco de mínimo contacto durante el viaje dejando claro que no quieres echar raíces.
En todo caso, la fuerza del corazón, como decían los Mecano, a veces juega malas pasadas y lo que debería ser una cosa u otra, queda en una tierra de nadie bastante inclasificable emocionalmente.
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Mr Cab Driver
No lo digo yo, porque resultaría de mal gusto, pero dicen que mi acento llama mucho la atención. No el mío en concreto, ese acento aragonés de la capital, si no el acento español, interesa al argentino medio.
Por eso mismo no es raro que cuando subo a un taxi, remis o uber me pregunten algo, y de ahí, de las charlas de taxi, suelen salir conversaciones muy interesantes. Reconozco que cuando no tengo ganas, que no suele ser lo habitual, no digo nada. En el uber tienen la dirección a la que ir y como pago con tarjeta no hay más que decir, pero hay veces que surge la oportunidad y si el trayecto es largo la conversación también.
Normalmente es un partido de pelota, es decir, ellos me preguntan sobre mi país y yo contesto como mejor sé, no siempre puedo saciar su curiosidad, pero lo intento. Lo más normal es que te pregunten sobre el nivel de vida en mi país, a lo que siempre respondo lo mismo, que no es tanto como lo suelen pintar.
No, no es verdad, por mucho que los youtubers argentinos en España digan que les ha pasado, que vayas a cobrar cinco mil euros al mes por un trabajo maravilloso, yo me animo a contarles que es duro; los alquileres son caros, los contratos sin papeles son escasos, etc. Derribar la idea de que si van les va a sonreír la vida a todos y cada uno de ellos. No, no es así.
Y todas las charlas giran en torno a eso, más o menos. Tampoco da para más, aunque sin duda pueden ser tan interesantes como las que suele haber en los hostels.
Córdoba y sus sierras maravillosas
Sierras, pueblitos, cerros, agua y lo rural.
Me apetece nombrar todos los pueblitos y casi ciudades que he visitado en la provincia de Córdoba. Reconozco que son menos de lo que podía haber conocido si mi vagancia no estuviera tan activa. No son muchos, pero al menos he tenido la suerte de conocerlos, cosa que me hace muy feliz.
La lista comenzaría por los que ya conocí el año pasado cuando caminé por estas tierras: Los Hornillos, Mina clavero, La cumbrecita, Villa General Belgrano, Carlos paz, La falda, Alta gracia, Cosquín, Villa las rosas.
No está mal ¿no? Yo estoy relativamente contento de haberlos conocido, aunque también reconozco que al ser tan amplio el abanico de posibilidades mi lista quizá queda un poco deslucida.
Todos ellos tienen su encanto, unos más y otros menos como es obvio. De todos ellos podría hablar mejor de Las Rosas y Los Hornillos. En ellos dos ha sido donde más tiempo he pasado, visitando la feria artesanal en el primero y caminando hasta la piedra encajada o viviendo un maravilloso atardecer en el segundo. Pueblitos de traslasierra, como la propia Mina Clavero o nono, fusionados con la naturaleza, donde el agua cobra una posición preponderante y en donde se pueden realizar paseos por la montaña o disfrutar de atardeceres a los pies de un lago.
No me quiero olvidar de la visita que hice a la casa del Che Guevara en Alta gracia. Una localidad a algo más de media hora de la capital y en donde se puede visitar el hogar en el que estuvo viviendo Guevara durante unos años de su juventud. Uno de sus atractivos es contemplar La Poderosa II, una Norton 500 que utilizaron tanto el Che como su amigo Alberto Granado para intentar recorrer sudámerica en un épico viaje.
Y en fin, momentos increíbles los que he vivido en esta provincia. Estoy tan encantado, tan admirado, tan agradecido que para variar, como casi siempre, no puedo expresarlo con palabras. Es difícil. He llegado a la conclusión de que es totalmente imposible. Tantas y tantas personas que he conocido, tantos y tantos buenos ratos…, es que no soy consciente de lo afortunado que soy. ¡Lo que me habéis dado!
Es un regalo. Voy a acordarme de todos vosotros, de todos sin excepción. Os llevo en el corazón. Gracias Córdoba, gracias Argentina. Estáis ayudando a que mi sueño se haga realidad. Soy la persona más afortunada de la tierra.