De Catamarca a Jujuy
De Catamarca a Jujuy
Naturaleza que te abraza y cura
Llegué a Fiambalá después de un viaje, qué novedad, largo y algo tedioso desde La Rioja. Y como también es casi habitual elegí mal el lugar. No por el hospedaje en si, que era algo austero pero cómodo, además de ser regentado por una señora muy maja, si no porque estaba al comienzo del pueblo y yo jamás imaginé que el pueblo de Fiambalá fuera tan largo. Otra vez me volví a equivocar y en vez de dejar pasar el hospedaje llegando a la terminal, decidí bajarme a medio camino. A mitad de una cosa y de otra, casi en medio de la nada y a las nueve de la noche.
Media hora caminé por la carretera cargado con mis cosas, cagándome en mi estampa (permítanme la expresión) por volver a tropezar con la misma piedra. Viajar mucho no te libra de meter la pata una y otra vez. Al final fueron cinco kilómetros por la cuneta de una carretera a oscuras.
Obviando esto, la entrada a la provincia de Catamarca es súper, en serio, montañas al atardecer que me parecieron fantásticas. Durante algunas horas estuve algo mosqueado con la provincia, pero hay que entender que es una región con pocos recursos turísticos y en el fondo me alegro de que así sea. Hay que entender que para visitarla es mejor ir con transporte propio y acompañado mejor que solo; Ahora os daréis cuenta de porqué.
Aventurarse por Catamarca en ese plan, transporte público y en solitario, es claramente un ejercicio de control ante la incertidumbre, pero en todo caso, si yo lo hice que soy un patán, cualquiera lo puede hacer.
«Me siento solo y perdido,
Calexico. Victor Jara’s hans. Disco Carried to Dust
una vela alumbra mi camino,
cruzando tierras que nunca he visto,
cruzando el río de mi destino.
Solo soy un chico más,
que sueña en alto y mirando al mar»
De Catamarca a Jujuy
Animalitos
Nunca he hablado de los animalitos que me voy encontrando por el camino, salvo quizá en alguna ocasión de los perros de la calle. Amorosos ellos, normalmente tranquilos, a punto siempre de abrazarte si pudieran hacerlo. Pero es cierto que puedes encontrarte con muchos ellos en este gran país. De momento hasta aquí no he visto ni Cóndores (el año pasado sí desde lejos) ni ballenas, que serían mis highlights sin lugar a dudas. Sobre todo guanacos y llamas, aunque a estas últimas no he podido fotografiarlas.
Ñandúes, guanacos, zorritos, etc…, la fauna en Argentina, como no podía ser de otra manera es extensa y curiosa.
De Catamarca a Jujuy
Paciencia
De eso hay que cargarse en un país tan grande para poder llegar a los sitios. Por una parte me cabrea, mínimamente, por otra me parece bien que las infraestructuras turísticas en según que lugares de Argentina sean básicas.
Lo digo porque donde mejor funcionan me parecen eso, muy turísticas, creo que incluso excesivas como en las salinas grandes de Purmamarca, donde parece todo muy superficial salvo las salinas, claro. Por otra parte la organización en Iguazú me parece de diez.
En Catamarca, dónde el turismo está llegando poco a poco pero de manera seguida, las cosas están a medio camino. Hay hospedaje, pero quizá poco publicitado y hay que recurrir a grupos de facebook para encontrar algo cuando la oferta oficial está completa.
De Catamarca a Jujuy
Los seismiles
Tragar tierra por la acción del viento en fiambalá, los kilómetros andados para ir a comprar víveres, la espera, todo lo olvidé tras visitar el balcón y hacer la ruta de los seismiles. Hubo momentos tensos, porque las excursiones son caras si las reserva una persona que viaja sola. Hay que esperar que se llenen los coches y eso a veces, la espera buscando gente para abaratar el viaje, suele ser algo desesperante. Está hecho, cumplí un sueño, el hito realizado hace olvidar esos momentos, que son, por mucho que no gusten, la salsita que hace que los viajes sean más excitantes.
Tras esperar casi tres días en una casa alejada de todo, tuve la confirmación para hacer la ruta de los seismiles y subir al balcón del pisis. Qué joya de la naturaleza, te quedas sin aliento literalmente ya que subes a casi cinco mil metros de altura. Realmente más que balcón deberían llamarle platea porque enfrente de uno se encuentra uno de los mejores espectáculos que hay en esta tierra. Lloré, una vez más, al conseguir llegar a un lugar que tenía entre ceja y ceja. Fue todo muy emocionante, incluso encontrarnos ahí arriba con una señora de 90 años que aguantó el tirón como una campeona.
Recuerdo que nuestro guía, bastante experimentado, hizo lo posible para que fuera más épico, poniendo la música adecuada en el momento exacto sin avisarnos mientras hablaba, realizando una jugada maestra para sorprendernos aún más de por si. La llegada al punto más alto del balcón fue con una preciosa banda sonora, además del sonido de las lágrimas emotivas, porque lo creáis o no, las lágrimas en esos momentos suenan y es algo que uno lo recordará siempre.
Aquella noche hubo elecciones en mi país, aquella noche la ultraderecha perdió muchos escaños, aquella noche el fascismo perdió poder en mi país. Aquella noche, aquel día, todo fue como un sueño.
No fue tan bonito el viaje a Catamarca capital ni lo que allí me sucedió. Un cúmulo de malos entendidos y problemas agrandados por el cansancio hicieron que tomara una decisión impulsiva y drástica. Tras seis horas de viaje nocturno y de diez y ocho horas esperando en la capital me fui en otro bus nocturno de diez horas a Jujuy y de ahí otras tres horas a Humahuaca.
Pero ésto es otra historia.