Asia,  mochilero

Paseo por Camboya

¿No querías autenticidad? Pues toma dos tazas

Siem reap es un lujo asiático comparado a Sihanoukville. ¡Qué ciudad más asquerosa! Y eso que urbanísticamente está muy bien. Buenas aceras por el centro, calles anchas, pero ya. Es posible que me llevara una peor impresión por bajar del bus nocturno que me trajo desde el norte a unas horas tan poco apropiadas para apreciar nada. Llegué sobre las 5 de la mañana, un poco aturdido y enseguida los conductores de tuk-tuk empezaron a tocarme las pelotas. Incluso a uno le subí el tono injustamente, pero es que no son horas ni momento para atosigar, señor. Así comenzaba mi segunda parte de mi paseo por Camboya.

No quería poner fotos de Sihanoukville porque no soy documentalista, pero cuelgo 3 fotos hechas con el teléfono en las que no se ve mucho del deterioro de la ciudad, pero las pongo como muestra, porque hice vídeos y apenas fotos.

Desubicado me equivoqué de puerto o de muelle desde donde salen los ferry a Koh rong sanloem que era mi próximo destino, una isla de la que hablan maravillas, aunque también dicen que no es lo mismo que hace unos años. Confío en que quizá con esta falta de turismo la cosa no esté muy chunga en cuanto a masificación. 

Antes de continuar, voy a contar por qué he titulado esta entrada así. La razón es bien sencilla: Si deseas autenticidad, si estás buscando eso, hay un precio que pagar. Yo no sé si busco algo concreto, algo de auténtico en mis viajes, de hecho, me gusta mucho esa comodidad que a veces, por mi manera de viajar, brilla por su ausencia. Hoy ha sido la primera vez en casi 20 días que he dormido en habitación privada y no me cuesta mucho compartir, pero lo de los transportes es otro cantar. Si no me queda otra tiro para adelante, más por el dinero que otra cosa, pero soy algo más elitista que en el alojamiento. Hace unos días había disfrutado del maravilloso trayecto de 12 horas en un tren nocturno desde Chiang mai a Bangkok, por eso y porque me lo recomendaron en el hostel, me animé a reservar un bus nocturno. Me vinieron a buscar en tuk tuk para llevarme al bus, cosa que me parece un lujazo que lo hagan así, pero al llegar al lugar donde estaba aparcado el transporte mi cara cambió radicalmente. El autobús era viejísimo, mucho y no se veía por ningún lado a turista alguno. No pasa nada, la carcasa no siempre da muestras de lo que te vas a encontrar, pero es que sí, daba muestras de lo que había dentro. Camboya no es Tailandia, así que si quieres algo menos turístico debes ir al primero, pero las infraestructuras y los servicios no son comparables con el otro país, porque sale perdiendo. El bus en cuestión era bus cama, sí, claro, pero las camas se comparten como en un autobús convencional. Es decir, si tú te sientas con un extraño en un bus de esos que todos hemos cogido alguna vez, en éstos cuando te vas a la cama a dormir, también compartes, y el espacio no es ni de tan siquiera 90 centímetros, así que ya está todo dicho. Autenticidad, sí, pero a ese precio. Ojo, que si te parece divertido, genial, pero son 12 horas Body-Body con un extraño. Yo tuve la suerte, creo que por ser turista y para evitar malas críticas por mi parte en internet y no asustar a posibles clientes, de que no me pusieran con otro, salvo los primeros minutos, pero el tipo saltó a otra cama y me dejó solo. Es muy incómodo, os lo aseguro. Paré para hacer pi-pi en algún lugar de la ruta, una casucha con dos baños en donde se creó una fila importante y donde para limpiar lo que habías hecho debías coger un cuenco de un cubo grande y echarlo en el agujerito. Común en Camboya.

Pues eso, que me equivoqué de muelle de salida o eso creo, todavía no estoy del todo seguro, al llegar a la ciudad tomada por los chinos. Un buen montón de personas que estaban ahí esperando no sé qué, dueños y conductores de tuk tuk nos decían, al australiano que se me pegó (ésto está lleno de australianos) y a mi, que de ahí no iba a salir ningún ferry. El aussie me decía que quizá debíamos probar en el otro muelle, pero a mi me daba mala espina, pensaba que querían timarnos y llevarnos ellos al otro muelle por 5 pavos el trayecto. Soy de naturaleza incrédula, pienso cuando viajo que todo dios me está mintiendo e intentando joderme. Pero parece ser, no lo aseguro al 100%, que tenían razón, insisto, no lo aseguro porque no me he quedado a comprobarlo.

Estuve un buen rato con el australiano charlando como pude, tomando un café y un croissant (por cierto, muy caro desayunar aquí) sobre diferentes cosas de la vida. Él me decía que ésto ha cambiado desde hace unos años a esta parte. Se refería a que Sihanoukville la han comprado los chinos, y lo que pudieron comprobar mis ojos es que la han llenado de casinos y cosas chungas que uno no entiende, porque todos los carteles están primero en chino y luego en camboyano. Me da a mi que cuando hacía la broma que nadie entendía, ya que antes de venir no sabía pronunciar el nombre de la ciudad, acertaba de pleno. Yo decía que prefería llamar a la ciudad Shockville que por su nombre real. Me sonaba guay, pero lo dicho, nadie pillaba la broma, si es que llega a grado de broma. Le cambiaba lo de suhanok por shock bien cambiado, porque al menos por la noche, a eso de las 5 de la mañana, la ciudad tiene muy mala pinta, huele fatal en sus calles anchas y está sucia de cojones. Eso en el centro, más o menos, no quiero imaginar en las callecitas. Ese fue uno de esos momentos que comentaba en entradas anteriores: Yo no veo en las historias de viajeros que nadie lo cuente, todo es guay: «ahorrémonos colgar ésto en nuestro idílico y maravilloso curriculum viral viajero, solo pueden salir playas preciosas de agua cristalina, no chinos regentando un local asqueroso durante toda la noche».

Koh Rong Samloem

Pero bueno, estoy en una isla y esos paseitos que me he pegado para llegar aquí deberían quedar en segundo plano, aunque si es cierto que a toro pasado uno se echa unas risas. La isla, si no he dicho todavía, se llama Koh Rong Sanloem, y está a 45 minutos en lancha desde la costa. Tiene una hermana mayor, que se llama igual, pero sin sanloem y parece ser que es ésta en la que estoy es algo más tranquila. Salvo por las cobras, sí, parece ser que es tranquila. Me gustaría descubrirla quedándome más tiempo, pero todavía tengo que ir viajando por la costa tailandesa intentando llegar a otras playas.

Aquí he hecho nada o menos, y lo digo totalmente en serio. Vine ayer a medio día, busqué un hostel, me pegué una ducha y salí a dar una vuelta por la playa en donde estoy alojado. Comí, hice alguna foto, hablé con unos angloparlantes, con una chica alemana, cené, me volví a duchar y tras ver alguna serie a dormir. Y hoy, que ha amanecido bonito, se ha puesto a llover y así sigue la cosa. Tenía pensado ir a otra playa a ver el atardecer, pero hostias, llueve de lo lindo. Además, para, te fías y al rato a llover. Cierto es que el cielo lo está anunciando porque está gris desde las 9 de la mañana. Me voy a ir de aquí sin pena ni gloria, no habiendo disfrutado de las maravillas que dicen que tiene esta isla. Vivo con la disyuntiva económica, no porque escasee (no soy rico, no), el rollo viene cuando tienes que cambiar. Sales perdiendo con las comisiones y como no sé cuanto tiempo voy a estar no sabes qué cambiar y si cambias poco tienes que volver a perder en comisiones y si cambias mucho te puedes quedar con dinero camboyano que vale tan poco que aquí te dicen el precio en dólar americano, no en su moneda.

Koh Rong Samloen

Mañana intentaré llegar a Tailandia de nuevo o al menos esa es la idea, voy a tener que pasar la noche en la ciudad del shock, no me queda otra y además el viaje será largo otra vez. He estado informándome sobre unos lugares muy chulos en la parte más oriental del país Thai . Son 2 o 3 islas cerca de la frontera, aunque me parece que va a ser un poco odisea. Atrás quedarán las islas camboyanas en el golfo tailandés, de las que poco puedo hablar porque poco he hecho en ella, solo he estado en la chiquita, dos días y uno estaba lloviendo, así que eso, poco. Cierto es que me voy con la idea de que son islas para no hacer nada de nada y si es así lo que uno busca, acertará viniendo.

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