1000 cosas que hacer en Buenos aires
1000 cosas que hacer en Buenos aires
Como en toda gran ciudad las posibilidades en Buenos aires son infinitas. Hoy es una función de teatro y mañana será una batucada, manifestaciones de corte político o protestas en contra del narco. Éstas últimas, si te animas, también las puedes realizar activamente. Algunas otras están fuera de tu control, pero son parte del día a día urbano: Un corte gremial en el subte o un control policial mientras vas en un uber camino de casa, por ejemplo. Así un día tras otro; por un lado te impones el ritmo que te apetece y en otros casos manda el capricho de la propia ciudad y sus circunstancias.
Como bien sabe el lector asiduo a este blog yo no gasto mucha energía en realizar miles de actividades cuando viajo. Por enésima vez digo que lo que más valoro es la tranquilidad. Dejad la excitación instagrameable para los chiquillos aventureros o para los cincuentañeros en busca de la pócima del rejuvenecimiento. Mi ritmo es lento y pausado, pero aún así, una cosa no quita la otra, el día a día mientras viajas te da pequeñas sorpresas.
Sería un incordio, una paliza para el lector que le enumerase las miles de opciones culturales que tiene la capital Argentina, sería cansino e imposible.
Tengo la suerte de que las personas con las que he coincidido me dan la opción de elegir entre las que me proponen. Me dejo llevar, go with de flow (gracias, pelirrojo) y ando a lo que me recomiendan, porque ellos sabrán mejor que yo y efectivamente, suelen acertar.
La bomba de tiempo
Batuka a cascoporro
No, no es una recomendación, es una nota sobre lo que he ido haciendo estos días en Buenos aires. Alguien comentó algo sobre cómo todos los lunes en un espacio medianamente conocido, un poco a oídas por mí, y desde hace diecisiete años un grupo de percusión le daba a base de bien a sus instrumentos. La banda es La bomba de tiempo ( https://www.cckonex.org ) y el lugar es la ciudad cultural Konex.
El lugar es la bomba, ¡nunca mejor dicho! Lo que otrora podría haber sido una nave industrial, hoy brilla como un magnifico centro cultural con su sala y escenario en la calle para realizar actos y más actos. Puedes reservar en su página web si quieres asistir.
A mi personalmente me agradó por su similitud con los Ruin’s Pub de Budapest. Cómo se echan en falta antros tan guapos y de esas características en mi ciudad. Como en mi pueblito natal, que se cree una ciudad cosmopolita, todo eso que se salga de los cánones de la lógica estructural civilizada es derribado para edificar unos brillantes mastodontes de acero diseñados por una raza alienígena avanzada, nos quedamos a dos velas en el disfrute de esa mezcla industrial-cultural.
Es lo que hay, es lo que somos, hay que tirar y levantar, que eso de remodelar y reformar para el auto gestione cultural es de Hippies, chungos, comunistas y progres ( sí, un poco cierto es ).
Y sí, uno elije a dónde ir libremente, pero la ciudad también toma posición, te impone sus requisitos y a estas alturas no vamos a cuestionar su poder, así que asumo que toparme con una concentración en contra del narco en la misma puerta del evento o que la policía pare el uber en el que voy a casa para pedirme la documentación es parte del juego. Todo bien, no hay drama, no es para tanto.
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Un paseo de muerte
Turisteo en uno de los cementerios más conocidos del mundo
Otro recuerdo, que no recomendación, es el de mi paseo por el cementerio de recoleta. Ampliamente conocido porque sale en todas las guías de turismo. El año pasado me negué a visitarlo porque al ser yo extranjero me cobraban ( no poco, y obligatoriamente el pago es con tarjeta ). Mi razonamiento tampoco es que sea del todo aceptable, pero el caso es que no quise. En cambio en esta ocasión, como me habían recomendado el jardín botánico y está cerca una cosa de la otra, allí que me fui.
Sí, es verdad que es monumental, precioso en cuanto a arquitectura, pero también tiene una parte de parque temático y no de la muerte, que sería lo suyo, si no más bien relacionado con el culto a la ostentación, a ver quién puede más e incluso a la personalidad.
La tumba más concurrida, obviamente, es la de Eva Perón. Y digo obviamente porque raro es que el turista extranjero medio conozca el resto de las personalidades ahí enterradas. Lo que más se podía leer en las placas eran los cargos de jerarquía militar o de salvadores de la patria. Me daba la sensación de que está muy alejado del común (perdón) de los mortales, del pueblo llano. La visita entonces, como experiencia bien, pero sin más.
Además de ésto el barrio en donde está situado no me gusta un pelo, es un barrio exclusivo, de gente con dinero. Gente que viste calcadita a la gente con dinero que camina por el barrio pijín de mi ciudad o de cualquier barrio pijín de las ciudades de España sin ir más lejos. Originalidad y autenticidad cero. Va ser verdad eso de que Buenos aires se parece a Madrid con cierto aire parisino y con toques cercanos a qué sé yo, Roma. Total, todos estos barrios están cortados por el mismo patrón, como los polos que visten sus habitantes.
A todo ésto, estoy seguro que os estáis preguntando por qué cuelgo tantas fotos hechas con el móvil. Bien, es fácil de contestar. Muy a mi pesar en la capital no suelo llevar la cámara conmigo. En muy pocas ocasiones lo he hecho y es que sigo instrucciones de los míos. Con un simple gesto de desaprobación me doy por enterado ante la pregunta de que si puedo sacarla a pasear.
No tengo un buen móvil con cámara decente, no me apetece tampoco, así que las fotos salen como salen. Tampoco hay que martirizarse, es mejor no correr riesgos.
Barrios
1000 cosas que hacer en Buenos aires
De vez en cuando me voy al libre albedrío por esas calles grises de edificios abandonados, o que parecen en ese estado, en otro tiempo maravillosos mastodontes de ladrillo y adornos modernistas que llenan la ciudad. Gas de Buenos aires reza el cartel de uno de ellos. Repleta está la ciudad de esas golosinas para los ojos del amante de lo decadente, algunos con balcones y en esos lugares chiquitas figuras de artistas de la milonga evocando viajes lisérgicos en mi mente que no entiende por qué están parados ahí, cuál es su función.
Puerto madero, Palermo, visito locales de Kebab en la plaza Serrano, me doy una vuelta por caballito, allá por el patio del lechero, recomendación más que acertada de mi amiga. Un lugar unido a una vieja estación de tren, escuela de circo actualmente en donde Emir Kusturica daría su aprobación para cualquier bizarrada que se le ocurriera.
Descubre la Patagonia Argentina: Ruido y silencio, belleza y furia.
25 de Mayo
Fiesta de la patria argentina
Por segundo año consecutivo he vivido in situ la fiesta de la patria. El 25 de Mayo es una fecha especial para todos los argentinos, ya que celebran el aniversario de la revolución de Mayo. Feriado, día para salir de la ciudad a disfrutar algo sin hormigón y asfalto.
El año pasado me pilló en Tilcara y este año lo he pasado en la capital donde además se realizaba un homenaje a los veinte años de la posesión del cargo como presidente de Néstor Kirchner, siendo la maestra de ceremonias su mujer y viuda Cristina, y que gracias a que tiene un tirón fantástico entre la población, las calles colindantes a la plaza de Mayo estuvieron abarrotadas.
Ahí anduvimos, bajo la lluvia, mis amigos y yo. Huelga decir que para un español vivir unas celebraciones multitudinarias en la Argentina es todo un honor, básicamente porque lo que nos suele llegar allí, a España digo, es que todos estos fastos los suelen vivir con mucha pasión.
Disfruté mucho de la jornada, con paseos por calles copadas por vendedores, batukadas, personas venidas de diferentes partes del país, así como también pude participar en charlas donde la política era el plato fuerte de las conversaciones. Medias lunas, facturas, queso y salame…, todo para que fuera una increíble experiencia que siempre recordaré.
1000 cosas que hacer en Buenos aires
Milongas
Irse de buenos aires sin asistir a algo relacionado con el tango es barbarie, pero cierto es que hay que tener cuidado con los espectáculo para turistas. Insisto, tengo la gran suerte de disfrutar del conocimiento de mis amigos en temas de jarana, así que ellos proponen planes magníficos y yo acato gustoso.
1000 cosas que hacer en buenos aires no se postula como un artículo de recomendaciones, vuelvo a insistir, más bien diario de mis vivencias y algunos de los que lean ésto pueden tomar esas experiencias como referencia, pero en este caso del que voy a escribir en próximos párrafos no voy a proporcionar mucha info.
Me comentaban que el lugar al que fui, ese santo espacio de arte en todas sus variantes, debería seguir oculto para las guías turísticas de la ciudad. Que mantuviera su espíritu actual en el que conocidos de toda la vida, vecinos del barrio y algunas leyendas invitadas confluyen para darse un capricho vital. Yo, invasor extranjero, y por supuesto afortunado, callaba y asentía. Lo primero porque no hay palabras que expresen mi emoción y gratitud, lo segundo por responder a la pregunta de que si estaba disfrutando. Así pues, el lugar quedará en secreto, no seré yo quién se salte un juramento.
Evidentemente todo era el cielo. Jugando a los estereotipos podría decir que es aquello que un español imagina cuando le hablan de buenos aires: Locales antiquísimos donde se come y se bebe, amenizado con tangos y milongas, en donde pasean ante ti elegantes personajes que antes de que se abracen para bailar han ido cambiando su calzado de calle por el ortodoxo obligatorio que se requiere.
Me van contando cual es el ritual; Callo y observo. Tres tangos con la misma pareja, eso es así, hay que seguir bailando hasta que tras ello suene una canción «fea» y se pueda romper el contrato adquirido pudiendo cambiar, ya sí, de pareja y así volver a empezar.
Comemos y bebemos rico mientras cantan unos y otros. Es un placer disfrutar de ésto. Afortunado yo por siempre. Ya puedo vacilar en mi ciudad habitual cuando vuelva, dármelas de haber vivido algo tan emocionante, casi hasta el quiebre.
Ésto me pasó el año pasado y me está volviendo a pasar hoy en día. ¿Qué demonios es lo que tiene Argentina que me hace llegar hasta ese punto? No es algo esporádico, me suele pasar a menudo cuando paseo por esta tierra, ¿melancolía del futuro?
Esta misma noche anduvimos visitando la estación de trenes de constitución. Otro lugar para maravillarse, otro hito en mi viaje, otro sitio que recordar. Salimos incluso a los andenes, solo por el placer de disfrutar del acero y los remaches con los que se han construido las vigas que soportan la estructura del techo.
Una construcción del pasado, algo que están eliminando en mi país. Lo nuevo sustituye lo antiguo. Es una pena, lo viejuno guarda miles de historias y mantiene un encanto que por mucho modernismo vanguardista que se nos imponga en la actualidad, jamás perderá el poder de seducción.
Congreso y Senado
¡Cómo no!
No podía faltar algo tan memorable en la Argentina. Esta actividad es sencilla de realizar porque no requiere ni de mucho tiempo ni dinero: Hablo de visitar el congreso y senado de la República Argentina.
Como digo, es una visita que no requiere de mucha preparación. Te acercas a las puertas del congreso en los horarios de visita, presentas tu pasaporte, esperas a que un guía venga a buscarte y durante una hora, además de explicarte el funcionamiento tanto del congreso y el senado, va mostrándote diferentes estancias del edificio.
Algunos de nosotros recordamos momentos importantes en la historia de Argentina que van irremediablemente ligados a escenas ocurridas en esas salas. Si tienes días de sobra o pasas por ahí anímate a entrar. No lleva mucho tiempo, es céntrico y se puede compaginar con el teatro Colón, por ejemplo, ya que el arquitecto que lo proyectó es el mismo que diseñó este edificio del parlamento
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Me voy
Y nada más. La ciudad de la furia da para ésto y muchísimo más. Es una urbe gigante llena de vida, ilusiones y con ganas de seguir adelante por muchos problemas que surjan.
Yo en unas horas volveré a despegar, voy a continuar con mi viaje por este increíble país. Hasta hace unos días mantenía que Buenos aires no me gustaba especialmente y sigo defendiendo algo de esa sensación, pero ya no es tan rotunda. Éste cambio de parecer podría ser perfectamente el ejemplo de que nos aventuramos muy precipitadamente al juzgar algo sin conocerlo. Me refiero obviamente a cuando viajamos y no le damos las oportunidades necesarias a los lugares que visitamos. Solo se necesita tiempo, ganas y algo importante y no siempre fácil de conseguir: Personitas maravillosas que te enseñen los rincones especiales de ese lugar.
Me voy agradeciendo a la vida. Feliz, contento, abrumado por tanto amor recibido, sintiendo que soy incapaz de demostrar cómo de emocionado estoy cuando pienso en ellos.
Os voy a querer siempre. Siempre. Gracias infinitas.
Éstos días vengo escuchando sin parar el último disco publicado por M83 y juega en la misma liga emocional, así que en ocasiones se mezcla una cosa con la otra, Argentina con las tonadas del grupo Francés es el éxtasis total.